CIPRIANO Y LAS HOCES



 Dicen los libros de texto que la Historia, es la narración de acontecimientos relevantes (con sus correspondientes protagonistas) que van sucediendo a lo largo del tiempo (cismas, batallas, tratados, revoluciones, …) Pero yo estoy convencida de que la historia la escriben a diario hombres y mujeres de a pie con sus actos y decisiones, aunque nunca se hablará de ellos en esos libros.

Cipriano es uno de esos hombres. 

La historia de Cipriano y su familia es una historia de amor a la Tierra y sentido común, de valores y valor (mucho valor). Parece casi increíble que este paraje repleto de vida estuviera a punto de desaparecer hace un par de décadas… Pongámonos en contexto:

El parque Natural de las Hoces del Cabriel se encuentra en la comarca de Utiel-Requena, entre los términos de Villargordo del Cabriel, Venta del Moro y Requena. Cuenta con una extensión de 31.446 hectáreas y es el mayor paraje protegido de toda la Comunidad Valenciana.

Posee un singular paisaje caracterizado por la presencia de ríos y formaciones geológicas como riscos y hoces. Esto lo convierte en un hábitat perfecto para la fauna fluvial y para las aves rapaces. Está declarado además, Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).




Los alumnos y alumnas del Taller de Empleo de Gestión Ambiental CEDES-Segorbe, hemos tenido la suerte de recorrer este precioso lugar de la mano de Cipriano, el hombre que hizo posible que este pequeño paraíso fuera protegido del progreso malentendido.

Un progreso planificado en despachos ubicados a cientos de kilómetros del lugar de actuación por burócratas ajenos a las vidas de las personas que allí habitan. Por burócratas que no saben de las aguas cristalinas del Cabriel, ni de su vegetación de ribera, ni de las aves que allí anidan, ni de sus “Cuchillos” formados a base de caliza y pasar del tiempo... de su rica biodiversidad, que no saben de tantas cosas... 

Es en este punto de la historia donde aparece Cipriano.

Corre el año 1993 y todo está listo para construir el último tramo de la Autovía A-3, de elevado coste económico y gran impacto ambiental en la zona. 

Consciente del daño que supondría el paso de la autovía por las Hoces, da la voz de alarma a diferentes asociaciones como Ecologistas en Acción. Es él quien inicia conversaciones con los representantes políticos de la zona, quien inicia un movimiento social que acabará poniendo en jaque al entonces Ministerio de Fomento.

“La Guerra de las Hoces” comienza ese mismo año, cuando es descartada la propuesta inicial de pasar la carretera por Cuenca, y el Ministerio ordena redactar Estudios de Impacto Ambiental detallados de los cruces de la Autovía con los ríos Júcar y Cabriel. Se proponen trazados alternativos que no generen tanto impacto y permitan salvaguardar el ecosistema, la economía y el patrimonio del lugar (Allí encontramos una casa de postas del siglo XVI que sigue albergando turistas).

Los noticieros se hicieron eco de este conflicto territorial de difícil solución. Dos Comunidades Autónomas afectadas y demasiados intereses en juego.

Veinte años más tarde, en 2023, comenzamos la ruta con Cipriano y su hija María. 

Conocen el terreno como la palma de su mano, cada árbol, cada risco. Mientras caminamos y nos cuentan curiosidades sobre el paisaje, la flora y la fauna de Las Hoces nos relatan además el infierno que sufrieron durante dos años interminables: desde amenazas telefónicas a altas horas de la madrugada, pasando por el acoso escolar a María (de once años) por parte de sus compañeros. María Carrasco, la mujer de Cipriano, se encerró en casa por miedo a las represalias de sus vecinos. Él mismo fue amenazado de muerte con una escopeta en su nave de cultivo de champiñón por un conocido que sí estaba a favor del trazado inicial de la autovía.

Tuvieron que abandonar su hogar y empezar de cero.

Pero el “Divide y Vencerás” no triunfó en aquella ocasión.

Tras dos años de tensiones políticas, la sentencia del Constitucional zanja un conflicto de competencias sobre qué administración es la capacitada para elaborar la evaluación del impacto ambiental de una obra civil; y deja claro que en el caso de las obras estatales es el Ministerio de Medio Ambiente el competente. Es en 1995 cuando tras un enfrentamiento directo entre el Presidente de la Comunidad de Castilla-La Mancha José Bono y el Ministro de Fomento Josep Borrell se realiza una evaluación de impacto ambiental con resultado desfavorable al trazado inicial y mediante Real Decreto (alegando la riqueza y fragilidad excepcionales del paraje), se declara a Las Hoces del Cabriel Reserva de la Biosfera y eso, según los periódicos de la época, fue lo que hizo posible modificar el trazado del último tramo de autovía A-3, que conectaría Madrid con Valencia.

Con esta sentencia quedó constancia de que el equilibrio entre el progreso y la preservación de espacios naturales y economías locales es posible.

Cipriano y María, su mujer, fueron recibidos por José Bono, como reconocimiento a su labor.

Quizás te preguntes qué se ve en los ojos de Cipriano al hablar con él por haber sido impulsor de semejante logro. No verás orgullo, ni tan siquiera afán de protagonismo. Tal vez una mezcla de tristeza y de templanza: la primera por el precio que él y su familia tuvieron que pagar por defender algo justo. La segunda  porque fue lo que le dio la fuerza para mantenerse firme en su empeño, a pesar de todo.

Quizás si visitas Las Hoces después de leer esta historia las mires de otra manera.

Cipriano es una rara avis, una de esas escasas personas que se involucran por un bien mayor a cambio de que todos podamos seguir disfrutando de este paraíso natural.


Gracias, Cipriano.

Es un honor haberte conocido.


                                                                                                                            María Salud Zafón

Comentarios

  1. Gracias Cipriano y gracias Maria por dar eco a esta bonita historia

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