“Mujeres y cambio climático”
Desde el Taller de Empleo de Gestión Ambiental os deseamos un muy
"Feliz Día Internacional de la Mujer"
América Latina y el Caribe es una de las regiones más vulnerables a los efectos del cambio climático con un impacto económico importante, y pudiendo alcanzar los 100.000 millones anuales de dólares en 2050 (85.852 millones anuales de euros).
Pero hay una dimensión más. El cambio climático no es neutral desde una perspectiva de género. Las mujeres y niñas tienden a sufrir más las consecuencias negativas. Para empezar, estos eventos extremos se cobran proporcionalmente más vidas de mujeres que de hombres. Según un informe del PNUD de 2019, en fenómenos climáticos extremos ocurridos en los últimos 20 años, la proporción de fallecimientos entre mujeres fue superior al 60%. Después de la catástrofe, las mujeres son también las más vulnerables a experimentar inseguridad alimentaria. Al verse afectadas la disponibilidad, la accesibilidad, el consumo, la estabilidad y la producción de alimentos, son ellas las primeras que sufren las consecuencias.
Los riesgos son más graves para ellas: niñas indígenas y afrodescendientes, las adultas mayores, las mujeres discapacitadas y migrantes. Además, un dato impactante es que 80 por ciento de los refugiados climáticos son mujeres. Quienes trabajan en la agricultura son numerosas en los países de bajos y medianos ingresos, y en varias regiones tienen una responsabilidad desproporcionada cuando se trata de garantizar alimentos, agua y combustible. Las mujeres que se dedican a la agricultura, especialmente en áreas rurales e indígenas, generan entre el 45% y el 80% de los alimentos en los países en desarrollo.
Esto significa que los cambios en el clima, como sequías o inundaciones, les afectan —en sus medios de subsistencia, ingresos y seguridad alimentaria— más que a los varones. La desigualdad de género, como se puede ver, es también un factor determinante de la seguridad alimentaria.
“Ellas son bastante vulnerables a los impactos del cambio climático cuando hay épocas de sequía. Hay niñas que abandonan la escuela, y las tareas de recolección de leña y agua son tareas que se ven muy afectadas por los efectos adversos del cambio climático, y tienen un efecto negativo en la salud, sobre todo en las mujeres embarazadas.”
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